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  • Foto del escritorRvdo. Pluma Argenti

Magia y Hechicería en la antigua Mesopotamia (Parte 1)



La magia era una práctica habitual en la vida de la antigua Mesopotamia, y no era para nada desaprobada. En un mundo donde continua e interminablemente eres acechado por demonios sobrenaturales y hechiceros, y rodeado de tabúes y juramentos, donde el pasado, el presente y el futuro estaban inextricablemente interrelacionados por la observación de presagios (a veces reversibles), era normal usar magia blanca, entre otros, para brindar consuelo y, posiblemente, curación.


Sin embargo, la brujería (magia negra deliberadamente dañina) se consideraba malvada debido a sus efectos sociales, pero muy probablemente sus métodos eran los mismos que los utilizados en la práctica mágica estándar.


La magia se usaba para protegerse, para ahuyentar o para vencer a los demonios; deshacer los malos efectos de ciertas acciones "pecaminosas" (por lo general, medios sociales); para contrarrestar los efectos potenciales de ciertos eventos presagiados; para aumentar la potencia sexual; para asegurar los favores de un ser amado; para calmar a los niños inquietos o, para frustrar la actividad de los hostiles hechiceros.


Estas prácticas presuponen ciertos puntos de vista del mundo, a saber, que hay una gran cantidad de demonios que causan enfermedades de todo tipo; que el ser humano puede traer 'pecado' (en Acadio "arnu" y otras palabras, concebidas como una especie de enfermedad) sobre sí mismo por tabúes, infringiendo involuntariamente o cometiendo actos 'pecaminosos', o perturbando el orden mundial; que pueden ser embrujados por otros humanos; y que cuando los malos augurios son desviados, su mal efecto puede ser disipado de antemano por medio de la magia, es decir, que el futuro predeterminado puede en cierta medida puede ser cambiado...

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