top of page
Daniel Hernández González

Himno a Ereshkigal: "Para escuchar pongo mi mente en el gran abajo..."


Salve gran diosa de la gran tierra. Salve gran Ereshkigal. A ti que, por la fuerza, y la furia de un dragón se te designó gobernar en las profundidades del inframundo; ¡Te he venido a adorar!

Bella dama de oscuridad envuelta, la protectora de los corazones afligidos, aquella que sabe del dolor de perder a un amante y puede ver como se le es arrebatada la vida, ¡Te vengo a adorar!

Con ojos sollozantes, arrastrándome por las siete puertas, sobre tus hermosos pies y con el corazón herido, engrando mi pecho y grito con furia; ¡te acompaño a tu dolor, ¡Te vengo a adorar!

Me premiarás con cumplir algún deseo; escucharas mi corazón y sabrás lo que he cruzado para estar ante ti. Me puedes colgar de aquel gancho para poder llorar, aprender, ver y adorar.

Que tus castigos siempre sean en beneficio de mi propia vida, bella dama de cuerno y olvidos, la que nadie menciona, la condenada a sufrir en soledad y por la muerte de otros, ¡Te he venido a adorar!

¿Dónde estás cuando más te necesito? Dentro de ti.

¿Dónde estás cuando mis piernas no pueden más? Dentro de ti.

¿Dónde estás cuando mi corazón se siente oprimido por la tristeza de un amor imposible? Dentro de ti.

¿Dónde estás cuando en las últimas horas de mi luz exhalo un lamento de consuelo, buscando desesperado un amor propio? Dentro de Irkalla.

Madre, no estás sola, en tus lamentos lloro contigo, en tu dolor sufro contigo, en tu soledad; la vivo contigo. Hoy, te vengo a acompañar, te vengo a llorar y te he venido a adorar.

Aut. Daniel Hernández

20 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Vengo a ti...

bottom of page